Los reactores de investigación tienen el poder de influir en la ciencia, la educación, la industria y la medicina, pero para aprovechar todas sus posibilidades, hace falta una planificación estratégica. De los 224 reactores de investigación actualmente en funcionamiento en 53 países, algunos se aprovechan plenamente, pero otros están infrautilizados.
“Muchos reactores de investigación se construyeron para hacer frente a una necesidad inmediata en su momento. Hoy, muchos a?os más tarde, hay que revisar su declaración de objetivos”, explica Nuno Pessoa Barradas, especialista en reactores de investigación del OIEA.
Muchos de los reactores de investigación actualmente en funcionamiento se construyeron en los decenios de 1950 y 1960, cuando eran un instrumento novedoso y muchos países estaban interesados en explorar y descubrir sus posibilidades. Ahora que estas posibilidades se conocen mejor y se están dise?ando nuevas aplicaciones, se reconoce en general que algunos reactores de investigación se podrían utilizar mejor para sacarles el máximo partido.
Muchos países están colaborando actualmente de forma activa para maximizar el uso de los reactores de investigación existentes y algunos ya han construido, o prevén construir, nuevos reactores de investigación con planes para utilizarlos al máximo. El objetivo es aprovechar plenamente los beneficios de estos potentes instrumentos para muchos fines, por ejemplo, para formular programas nucleoeléctricos, realizar actividades de investigación y desarrollo, prestar servicios de análisis e irradiación y producir radioisótopos para su uso en la medicina y en la industria.
Durante los últimos 5 a?os, expertos y funcionarios de más de 40 países han recibido apoyo del OIEA para determinar prioridades y mejorar los planes operativos de más de 50 reactores de investigación. Por lo general, estos planes comprenden la evaluación de la necesidad en el país y la región de los posibles servicios y productos del reactor de investigación, la priorización de estas necesidades y su adecuación a las capacidades del reactor, así como la fijación de objetivos para el funcionamiento sostenible a largo plazo de un reactor.