La agricultura es la actividad con el mayor consumo de agua a nivel mundial, que alcanza un promedio del 70 % del agua dulce que se extrae de lagos, ríos y acuíferos de todo el mundo. El sector agrícola ejerce una inmensa presión sobre los recursos hídricos, lo que pone en riesgo la gestión de los recursos hídricos a largo plazo, fundamental para la salud de las comunidades, el medio ambiente y las economías de todo el mundo.
“Dada la creciente presión sobre los recursos hídricos, mejorar la eficiencia del uso que la agricultura hace del agua ya no es opcional, sino esencial —afirma Mohammad Zaman, Jefe de la Sección de Gestión de Suelos y Aguas y Nutrición de los Cultivos del OIEA—. Las soluciones científicas ayudan a los agricultores a utilizar con prudencia cada gota, manteniendo al mismo tiempo la productividad y la sostenibilidad”.
Gracias a las innovaciones en la ciencia nuclear y las tecnologías conexas los agricultores pueden adoptar prácticas agrícolas climáticamente inteligentes que permiten ahorrar agua, aumentar el rendimiento de los cultivos y reforzar la resistencia al cambio climático.
El OIEA, a través del Centro Conjunto FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura (Centro Conjunto FAO/OIEA), ofrece a agricultores de zonas con escasez de agua instrumentos y orientación para prácticas de riego más inteligentes . Ello les permite evaluar el aprovisionamiento de agua, así como el movimiento de esta en el suelo y su absorción por los cultivos, para que puedan utilizar este recurso de manera más eficiente.